viernes, 24 de enero de 2014

Amantes alternos


Había seguido su rastro en la nieve durante días. La ventisca clavaba copos de nieve en mis mejillas y me impedía avanzar, poniéndose claramente de su parte. El monte la adoraba y desplegaba todo su poderío para evitar que le diera alcance. Seis meses había estado conmigo, huidiza Perséfone.

Aceleré el paso, rezando a los dioses para poder atraparla antes de que muriera el invierno. Sus huellas eran cada vez menos profundas, como si al alejarse de mí, se fuera haciendo más y más liviana.

Amaneció. Si no la encontraba pronto, estaba perdido. Con el primer rayo de sol brotaron pequeños arroyuelos, briznas de hierba asomaron aquí y allá. Corrí ladera abajo, jadeante, lanzando bocanadas de escarcha que helaban los brotes primerizos. Tenía que detenerla.

Para cuando llegué al valle, la primavera había vencido. La encontré sentada bajo un roble, esperándome. Me arrodillé a sus pies y recosté mi cabeza en su regazo. Llorando le rogué que se quedara conmigo, que no se entregara al Verano. Ella deslizó sus dedos por mi blanca cabellera y lentamente la fue derritiendo. Sus besos sabían a despedida y, gota a gota, desaparecí.


Esta es mi participación en ENTC. El tema del mes de enero es Tras su rastro por la nieve.

miércoles, 22 de enero de 2014

Eva 2.1


Pero esta vez, ella lloró. Su eterna sonrisa se torció levemente hacia la izquierda en una extraña mueca y las lágrimas cayeron silenciosas. Derramó, en un llanto imposible, todo el dolor que su corazón de silicio era capaz de procesar.

Los ingenieros quedaron boquiabiertos. Sin duda, debía tratarse de un virus.

Esta es mi participación en REC para la semana 14. Frase de inicio "Pero esta vez, ella lloró".

jueves, 16 de enero de 2014

Sin motivo




Y así, tontamente, acabe pegándome un tiro, casi sin querer. Un poco por ver si está cargada, o por escuchar un disparo de verdad. Por salir de dudas sobre el más allá. Sí, es posible que acabe pegándome un tiro.

Y si hasta ahora no lo he hecho, ha sido por ti. Porque me mirabas desde las fotos, sonriendo. Pero ahora podría hacerlo. Por amor, por desamor, por hastío. Porque puedo hacerlo, porque ¿quiero hacerlo?

Por soledad, por decepción, por despecho. O simplemente porque el charco en la alfombra se está secando y tú, estás tan quieta.

Esta es mi participación en REC, semana 13.

viernes, 3 de enero de 2014

Malas vibraciones

El día había comenzado fatal. El despertador no cumplió con su deber, y amanecí una hora tarde, la bombona de butano se terminó cuando estaba totalmente enjabonado y, al bajar al aparcamiento, descubrí que la noche anterior me había dejado las luces puestas.

Lucía habría intentado convencerme de que aquello no tenía nada que ver con que fuera martes y trece. Pensé en llamarla y explicarle la sucesión de desgracias que se habían acumulado en tan solo treinta minutos, a ver si ahora opinaba que todo eran supersticiones. Pero sabía perfectamente lo que diría y decidí ahorrarme el sermón.