sábado, 9 de diciembre de 2017

Tengo la cabeza llena de monstruos



Solo yo puedo verlos, merodeando en mis sueños o corriendo de puntillas por el pasillo.

A los gigantes los oigo llegar desde lejos: el suelo retumba a cada paso y, aunque sus zancadas son enormes, me da tiempo a subirme a un árbol para que no me aplasten sin querer. Los duendes trabajan sin descanso mientras yo duermo: limpian la casa, preparan el desayuno, lavan mi ropa. Pero las hadas solo piensan en jugar. Abro el cajón de la mesilla y sale una volando. Si busco un bolígrafo, oigo sus risitas burlonas (seguro que me lo han robado ellas). Las brujas, en cambio, son honestas. Malvadas, pero honestas. Si haces un trato con ellas, sabes que lo cumplirán. Quizás tendrás que engordar a tu propio hermano para que se lo coman pero, a cambio, obtendrás la fama que deseas.

Sin embargo, desde que te conocí, todo ha cambiado. No como, no duermo, no vivo. Eres la criatura más maravillosa que jamás imaginé y, cuando me miras, siento que debería confesártelo todo: tengo la cabeza llena de monstruos, de magia. Pero, por ti, cambiaré. Buscaré otro oficio.


Y dejaré de escribir estos cuentos que lees cuando crees que no te miro.

Relato escrito para ENTC. Tema de esta convocatoria: "Seres mágicos"

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