domingo, 19 de marzo de 2017

Amelia




Esperó a que bajase la marea y se acercó caminando hasta una de las barcas varadas en la arena. La observó con cuidado, como el pintor que estudia a la modelo antes de tomar los pinceles. Acarició sus formas, entornó los ojos e inhaló el aroma a salitre y pescado que emanaba de sus entrañas. Después deslizó los dedos sobre las letras pintadas en rojo y dibujó un nombre: Amelia.
De regresa a casa, el lecho vacío desprendía el aroma del engaño: salitre y pescado. Y allí seguía la nota que Amelia había dejado en la nevera.


Este relato resultó ganador de Express-ando 2017: II Certamen de Escritura Rápida de San Vicente de la Barquera.
(100 palabras, 20 minutos, 1 tema sorpresa)